“Tenemos que salir de la queja y la crítica constante”. Con este título se publica esta nota a Angie Ferrazzini (Fundadora de Sabe la Tierra) en el Ecos Diarios de Necochea. Y aquí nos deja algunas reflexiones más.

Salgamos de la queja. Las redes la han incrementado. Todos opinamos livianamente desde el teclado de un teléfono inteligente?

Hoy quiero compartir algunas ideas sobre cómo podríamos dejar de quejarnos y pasar a la acción. Soy de las personas que creen en la fuerza del equipo y en ese espíritu que se pone de manifiesto cuando tenemos objetivos comunes. Cuando llegué nuevamente a vivir a Necochea y fui a anotar los chicos al colegio era febrero y, mientras contenía la emoción de volver a recorrer los pasillos de mi escuela, vi a un padre pintando el techo en pleno verano (y me saltaron las lágrimas). Y para re-matarla al salir veo un informe en la cartelera que daba cuenta minuciosa y detallada de los gastos del último campamento. Y por si fuera poco a 4 años de llegar están por inaugurar un gimnasio con cancha de handball profesional que se hizo con el aporte de la cuota y de las donaciones anónimas de ex alumnos y la tarea diaria de la comisión de padres del Instituto Humboldt.

Llegué al club de mi infancia y mi hermano Matías (actual presidente del Club Náutico Necochea) cortaba el pasto arriba de un tractorcito sin esperar la mirada de nadie. Los sábados, mientras mis hijos juegan fútbol en sus respectivos clubes Villa Díaz Vélez y Villa del Parque, las mamás venden tortas que ellas mismas hacen y no se mueven del puesto hasta que logran liquidar la última porción y los papás se ocupan de la parrilla y se queman hasta las pestañas en un trabajo ad-honorem para juntar fondos de manera colectiva (al final del día informan la recaudación vía watssap, por ejemplo la del domingo pasado fue $3534,50 y a mi se me vuelve a empañar la vista).

Transparencia. Sé que el camino es por ahí. En mi barrio de Villa del Deportista construimos la plaza entre todos y entre todos también la mantenemos y la cuidamos en jornadas solidarias de mate, pala, pintura y guadaña.

Involucrarnos en las mejoras que queremos ver. Ocupar el lugar cuando el Estado lamentablemente está ausente (no bajar los brazos y seguir exigiendo) pero dejar de esperar sentados y quejándonos. No saben lo bien que hace!!!

Siempre cuento el ejemplo de un grupo de vecinos de la Ribera del Río Quequén que crearon un nuevo paseo costero que enorgullece a todos los necochenses.

Participar activamente en el Hospital, la Iglesia, los clubes, las asociaciones vecinales, la comisión de la escuela, el comedor de un barrio o los talleres de apoyo: hay cientos de espacios que esperan por nosotros y nos necesitan.

Otro caso que me llena el alma es el de un grupo CREA de Necochea y la zona que apadrina jóvenes para que puedan ir a la Universidad y son sus tutores personales. Dejemos la crítica que no nos lleva a ningún lado. Pasemos a la acción.

¿Qué puedo hacer yo para mejorar mi barrio o mi ciudad? Pintá tu aldea y pintarás el mundo. Por más chiquito que parezca nuestro aporte, estaremos sumando a la construcción de un mundo mejor.