La naturaleza nos enseña. Observándola aprendemos de ella. Sus ritmos. Sus tormentas. Sus silencios y sonidos. Su quietud. Su luz y su oscuridad.

Quiero comenzar practicando el silencio presente, paciente, amoroso y humilde. Cualidades bellas y profundas.

A veces, cuando necesariamente estamos muy afuera, porque la realidad que estamos viviendo lo necesita, es clave no olvidarnos de volver hacia adentro. De volvernos una y otra vez silenciosos, mantenernos en quietud y en calma. De respirar serenos. De inhalar y exhalar. De conectar con nuestra paz interior.

Al haber vivido muchos años en un automático, cualquier circunstancia que sucede extra en nuestra vida, nos vuelve a poner en esos lugares de estrés, de ansiedad y desconexión. Estemos atentos.
Ampliemos conciencia cada día un poco más. Desarrollemos capacidades. Calibremos y optimicemos las que ya tenemos. Evaluemos cada semana. Pongamos focos y metas al igual que lo hacés en el plano laboral. Trabajá y comprometete con tu propio camino.

En lo personal me propongo más silencio humilde. Más observación. Más escucha amorosa y menos palabras. Más paciencia. No es fácil en este conexto de pandemia. Le pido fuerza al universo para cuando pierdo las mías. Confío y me entrego. No busco. No intelectualizo. Elijo.

Así estoy y SOY esta semana. Y vos? Qué cualidades te comprometés a trabajar con vos? Qué acciones que te hagan sentir mejor???

?Por Marcela D’Ambrosio, directora de Capital Humano de #sabelatierra, creadora de @liveworkjoy , especialista en desarrollo humano, Coach ontológica, Instructora en mindfulness.