«La risa nos hizo invencibles». Así es y así será. La risa siempre nos sana y nos salva. Es la mejor compañera y aliada para cada instante.

En lo personal tuve que hacer un trabajo para convertirla en hábito en un momento muy especial. Hace unos años atrás comencé a replantearme la vida entera. Trabajo, pareja, creencias, todas las bases sobre las que apoyaba mi vida.

No fue nada fácil y tuve que desarrollar muchas habilidades para transitar el proceso y así transformar mi camino. Sin duda la risa fue uno de esos recursos al que apelé una y otra vez para regular momentos difíciles y encontrar un poco de calma.

Al principio no me salía de manera natural. Instalar un hábito, cambiar algunas cosas de la forma de SER es un trabajo que nos lleva por momentos a estar incómodos y sentirnos antinaturales. Pero es así, hay que perseverar y seguir. Repetir y  practicar hasta encontrar el estilo propio.

En lo personal dentro de la línea del humor, comencé a satirizar lo que me daba vergüenza o también a reírme, por lo menos por momentos, de los problemas que me aquejan. No saben lo que alivia, es una forma interesante para trascender situaciones complicadas o dolencias emocionales.

Soy una gran promotora del bienestar, de trabajar para conocernos y crear hábitos más saludables.

Por eso HOY te recomiendo la RISA y deseo que la conviertas en tu mejor amiga. ¿Cómo? Practicándola. Al principio cuesta o quizás no. Pero seguí y seguí, buscá tus recursos y encontrá tu propia forma. Yo encontré la mía y me enamoré.

Hoy me río de casi todo y cuando lloro siempre termino rematando y cerrando con algún chiste que me hace reír y le pone un poco de condimento al momento.

¡Animate y SONREÍ!?

Por Marcela D’Ambrosio, Directora de Capital Humano de Sabe la Tierra, creadora de Live Work & Joy, Especialista en desarrollo humano, Coach ontológica, Instructora en mindfulness.