Momentos de incertidumbre, de cambio profundo, de miedo, tristeza, resignificación del sentido más profundo de la humanidad.
Por eso, hoy más que nunca, necesitamos seguir trabajando en el cambio de hábitos. Tomar ésta y cada una de las situaciones difíciles de nuestra vida para transformarlas en crecimiento.
Tiempos de darse cuenta que lo importante son otras cosas. Lo material, los diplomas que juntamos, los «éxitos» laborales y la ambición desmedida nos aleja de lo esencial, de lo propositivo de cada uno de nosotros, de los dones, de la pureza de corazón.
A qué vinimos? Para qué vivimos? Qué nos mueve? Nos contamos hasta ahora un cuento que tenemos que deconstruir para crear uno nuevo. Uno con mayor conciencia, que nos acerque al alma individual y colectiva de la humanidad.
Hoy más que nunca vivamos este día como si fuera el último, transitémoslo con intensidad, sintámoslo a flor de piel. Aquietemos la mente para volver a conectar con una sonrisa, una mirada, un abrazo, los aromas, los sonidos del silencio, la conexión con nosotros mismos, el vacío que nos asusta.
Les propongo una meditación de 5 minutos para cuando sientan miedo o tristeza.
1) Elijan y preparen su espacio para meditar. Prendan una velita. Pongan una linda música que les de calma.
2) Preparen su cuerpo. Siéntense en algún lugar cómodo, con la espalda bien erguida. Comiencen a inhalar y exhalar bien profundo. La respiración es diafragmática, bien baja. Es la que nos serena, nos aquieta. Lleven toda su atención ahí. Sus pensamientos van a ir y venir. No los juzguen. Vuelvan a su respiración. Lleven su mano derecha muy despacito al centro del corazón. Hagan cada movimiento con lentitud. Ahora apoyen su mano izquierda sobre la mano derecha. Sientan la tristeza o el miedo, quizás sienten ambos. Tranquil@s es pasajero. Déjenla estar. Se va a ir solita. No la resistan. Déjenla SER. Abrácenla con amor. Regálense una sonrisa, mientras sienten el latido de su corazón. Tranquil@s todo pasa. Elévense de la mente y transiten la sensación. Todo va a estar bien. Lentamente a sus ritmos, abran los ojos, miren hacia el cielo, den las gracias y entréguense al universo. Todo se transformará. Confiemos.
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