El Brócoli (Brassica oleracea var. Itálica) pertenece a la familia de las Brassicáceas, (Crucíferas), conjuntamente con otras especies hortícolas como el coliflor, los repollos (B. oleracea var. capitata), el repollito de bruselas (Brassica oleracea var. gemmifera), la rúcula (Eruca sativa), el rabanito (Raphanus sativus), los nabos (Brassica rapa), y otros menos conocidos en Argentina como el “kale” (Brassica oleracea var. acephala) y el colinabo (Brassica napus). El centro de origen de esta especie está ubicado en el Mediterráneo Oriental, concretamente en el Asia Menor (Libia, Siria ). Se trata de un cultivo milenario pero a lo largo de generaciones de selección, el hombre ha moldeado su morfología para su mejor consumo, y ha logrado diferentes tipos de coles.
Su expansión como cultivo en Europa se inicia a partir del siglo XVI, en Italia. Todas las Brassicáceas se caracterizan por un sabor y aroma característico debido a la presencia del glucosinolato denominado isotiocianato de alilo y butilo.
Esta hortaliza especialmente, puede consumirse en fresco, cocinada, en encurtidos o industrializada, principalmente en forma de congelados. Es una de las coles más atractivas para el consumo.
Su órgano comestible es una masa de yemas florales que aún no han abierto en flor y de finos pedúnculos, que recibe el nombre de “pella”. Este cultivo tiene un desarrollo económico relativamente importante en nuestro país, por su comercialización en el mercado fresco, por su uso en congelados.
VALOR NUTRITIVO
El brócoli al estado fresco tiene un buen valor nutritivo, posee 1.670 mg de fibra por cada 100 g de porción comestible, el doble que el apio, que también es una hortaliza rica en fibras.
Es una buena fuente de vitamina A y C. Una porción de 155 gramos de brócoli provee el 68 % de las necesidades en vitamina A correspondiente a un adulto y 140 mg de ácido ascórbico, es decir el doble de las necesidades diarias de una persona adulta. También aporta hierro y solamente unas 26 calorías. Por su bajo contenido en calorías ayuda a luchar contra la obesidad y todas sus enfermedades asociadas. Además está considerada un alimento funcional (con propiedades protectoras de la salud además de los nutritivos) por los efectos benéficos de las sustancias antioxidantes y de los glucosinolatos. Sustancias como el indol-carbinol y el sulforafane incrementan la actividad de enzimas protectoras, que prevendría la formación de tumores cancerosos.
Es rico en vitamina A y C, que reducen y previenen los daños en las células provocados por los radicales libres, que en cantidades excesivas favorecen enfermedades como la artritis, el mal de Alzheimer y diversas cardiopatías.
También es uno de los cultivo que por la alta cantidad de fibra, aporta en el combate contra la diabetes y el cáncer de colon, debido a que acelera el tránsito intestinal de carcinógenos contenidos en la materia fecal.
Como contiene muy alta proporción de calcio, por lo que controla positivamente la función muscular y la formación de masa ósea, previniendo la osteoporosis.
Finalmente, por su alto contenido en potasio, previene el debilitamiento de arterias y la hipertensión; y por su riqueza en beta carotenos contribuye a disminuir los riesgos de ataques cardíacos.
Es un alimento altamente beneficioso para la salud, y fácil de usar en la cocina como en tartas, buñuelos, con crema, con salsa blanca, con aceite de oliva, con fideos, con arroz, acompañando diversas carnes o solamente crudo o cocinado ya que es tierno, suave y levemente picante.
Cultivares: Los cultivares se clasifican por la duración de su ciclo de plantación a cosecha en precoces (60 a 70 días), intermedios (70 a 90 días) y tardíos (más de 90 días). Los precoces se siembran en verano, los intermedios a fin de verano y los tardíos de febrero a marzo. Hay muchas variedades, porque es uno de los cultivos que mayor selección (mejoramiento) ha sufrido en las últimas décadas, por su gran demanda en todo el mundo desde hace varias décadas.
El cultivo: Es un planta erecta, con raíz profunda y tallos gruesos, hojas grandes, lobuladas y de una fuerte coloración azulada. Emite varias hojas hasta que aparece la “pella”, que es la parte comestible. Luego de esta primera pella, algunas variedades dan algunas pellas secundarias, pero las variedades más modernas emiten cada vez menos pellas secundarias.
Semillas e iniciación: El cultivo se inicia por almácigo y transplante, no porque la semilla tenga dificultades para germinar, si no porque como es una planta grande, (cultivo de porte parecido al repollo y el coliflor) es mejor transplantar el plantín con un marco de plantación adecuado (distancia entre planta y planta). La germinación es sencilla, ya que la semilla, si bien es muy chica, es redondeada y conserva la humedad en una capa de mucílago que la rodea. La temperatura óptima de germinación es 26°C. Para el cultivo, las temperaturas óptimas son de 16 a 21ºC.
Y se plantan con una distancia de 40 cm entre plantas. Se puede iniciar en algunas épocas del año y hay que tener muy en cuenta las variedades que van para cada época, si no no da pella o esta abre la flor y no da la pella compacta que necesitamos. Las épocas óptimas para realizar almácigos son desde enero a abril, y luego desde agosto a diciembre.
Cuidados del cultivo: No es muy sensible a heladas, si bien pueden manchar (o quemar directamente) la pella. Es muy sensible al calor, que le provoca amarillamientos en la pella en el cultivo pero también en la postcosecha.
Por Mariana del Pino de MAPO, exclusivo para Sabe la Tierra (*)
(*) El MAPO, Movimiento Argentino para la Producción Orgánica, se creó en 1995 y es la Organización No Gubernamental orgánica más importante de la República Argentina, registrada como Sociedad Civil sin Fines de Lucro. Reúne en su seno a todas las entidades, personas, empresas u ONGs, que se relacionan de algún modo con la producción orgánica, o establece contactos y acuerdos con las pequeñas organizaciones afines del interior. Son sus asociados productores, certificadores, investigadores, científicos, técnicos, educadores, empresarios y comercializadores orgánicos. Los objetivos fundamentales del MAPO son: a) Promover la producción orgánica, b) Difundir y demostrar a la comunidad los beneficios del sistema de producción y de la alimentación orgánica, c) Asegurar la calidad y la transparencia de los Mercados orgánicos y d) Expresarse en defensa del Movimiento Orgánico y sus integrantes.
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