En estos días de cuarentena voy pasando por distintas sensaciones, emociones, pensamientos y me gusta compartirlas para que entre todos podamos pasar este momento de una manera más saludable. Sin duda el manejo efectivo de lo mental y emocional es clave. Poder resignificar situaciones que nos invaden y golpean para transformarlas en algo que nos sume es esencial.
Te comparto una experiencia que quizás pueda aportarte una linda reflexión para estos días, donde PENSAR MENOS y MEJOR es una de las responsabilidades más importantes que tenemos que ELEGIR aquí y ahora. Espero te guste y te resuene.
Días atrás, salió el uso obligatorio del barbijo para circular por la calle y con esa novedad me dispuse a salir a hacer mis compras de alimentos para mi casita sin saber lo que iba a sentir al observar la nueva realidad. Fue fuerte ver a todos con barbijos y sentir que no era libre de respirar aire puro. Sentía que me faltaba el oxígeno. A la vez cuando comienzo a conversar con el verdulero, hacemos unos chistes y nos reímos y me di cuenta que una de las cosas que más valoro que es la «LA SONRISA», no podía verla ni disfrutarla. Sentí una opresión en el pecho volviendo a mi casa. Tristeza.
Sin embargo, mientras el solcito de la tarde me pegaba en la cara, me bajó la siguiente reflexión: «no puedo ver las sonrisas pero en el brillo de las miradas, si presto más atención, puedo SENTIR la sonrisa por detrás del barbijo«. Y en ese instante una tremenda alegría vino a mi corazón. Y así es, no? Siempre se puede encontrar ese rayito de sol que ilumina, que te permite conectar y despertar al milagro de estar vivos HOY. Así que pase lo que pase y venga lo que venga descubrí que la LA SONRISA está ahí intacta, esperando por vos, en el brillo de todos los corazones humanos.
EXTRAÑO LA LIBERTAD… sin embargo puedo seguir ejerciéndola. ¿Cómo? Eligiendo momento a momento como quiero CREAR este día. Te desafío a crearla de la mejor manera que puedas con lo disponible y con lo que puedas generar.
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