La productora primaria Graciela Morales nos ofrece diferentes variedades de aceites de oliva extra virgen, entre los que se destaca el arbequina, ideal para las ensaladas frescas. Gracias Graciela! Un ejemplo de productora y un orgullo de Sabe la Tierra!

Desde la década del ’90, Graciela Morales soñó con armar un proyecto personal del cual pudiera vivir a partir de su jubilación. No sabía qué podía hacer pero de lo que estaba segura es de que quería crear algo que fuera natural, que ayudara al planeta y que representara un cambio de vida desde adentro hacia afuera. En el ’95, con esta idea en la mente, viajó a Asis con un grupo de scouts y quedó fascinada con aquellas tierras italianas a las que se les atribuye la invención del olivo. Ese viaje fue un antes y un después para esta vecina de Don Torcuato porque, desde entonces, empezó a investigar sobre la oliva.

Hoy, varios años después, Graciela se convirtió en una productora olivícola, que forma parte del grupo de productores de Sabe la Tierra desde sus inicios con grandes repercusiones entre los consumidores. Incluso, fue distinguida con premios y representó a San Juan con sus productos.

“A nivel personal, me gusta lo simple, lo natural y el respeto por el medio ambiente. En el mercado conseguí todo eso. Cambié mi propia alimentación, descubrí sabores y sentí que amo más a mi emprendimiento. Empecé con medio puesto y ahora tengo uno entero porque la respuesta de la gente fue muy buena. Ellos son conscientes y responsables de que consumir un aceite artesanal significa ayudar a mucha gente, al mundo y a ellos mismos”, apuntó Graciela.

El camino para cumplir su sueño no fue fácil y llevó tiempo. En 2002, cuando sus dos hijos ya se habían independizado, dio su primer paso. Junto a su marido sanjuanino, Felipe Asla, compraron una finca en Valle del Tulum, en San Juan, en la que hacía tiempo que no se cultivaba, e implantaron los primeros olivos. La nombró GrayFe. Un año después, Graciela hizo cursos con el reconocido productor de aceites, grayfeEnrique Titarelli. “Aprendí que en Catamarca está la cantidad; en La Rioja, la infraestructura; en Mendoza, el marketing; y en San Juan, la calidad”, explicó Graciela mientras invitaba a los consumidores del mercado a degustar sus productos con aromas intensos.

En 2005, dejó la empresa automotriz Ford, en la que trabajó durante 30 años como secretaria, y se dedicó de lleno a su emprendimiento. Compró una máquina italiana y recién entre 2007 y 2008 elaboró los primeros aceites de oliva de calidad virgen extra. Cosechó más olivos hasta completar las 10 hectáreas y adquirió aceitunas de fincas aledañas. Así, surgieron las variedades de aceites que vende el mercado: changlot real y picual coratina, entre otros.  El más solicitado es el arbequina. Se trata –según contó Graciela– de un aceite de origen español, que sirve tanto para ensaladas como para reposterías. Esta variedad ganó el premio Domingo Sarmiento, al ser seleccionado entre otras 69 muestras de oleos en el Concurso Internacional de Aceites de Oliva de ArgOliva 2011, del que participaron 30 empresas de Portugal, Uruguay y de las provincias de Catamarca, Córdoba, La Rioja, Mendoza y San Juan.

Podés verla a ella y conocer sus productos, todos los sábados en Sabe la Tierra San Fernando.